Presentaciones, referencias, líneas de investigación

Leonardo Sai es sociólogo, docente, bloguero, ensayista.

Se desempeña como Analista en Gestión de Proyectos en el Ministerio de Educación de la Nación Argentina.

Integra, bajo la dirección de Mg. Sofía Scasserra, el Observatorio de Impactos Sociales de la Inteligencia Artificial (OISIA) de la UNTREF.

Colabora en diversos medios digitales y gráficos alternativos con artículos sobre economía política, tecnología, sociedad y cultura. Participa en Mastodon. Podcast en Spotify.

Dirige, junto al sociólogo y documentalista Gabriel Muro, la Revista Cultural Espectros.

Desde 2022, forma parte del Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre Heavy Metal Argentina (GIIHMA).

Co-condujo (2021-2022) Inmunidad de Rebaño junto a Emiliano Delio por FM Mundo SUR. De 2016 a 2019, tuvo el honor de escribir las artísticas del programa de radio Radio Ruido, conducido por Norberto Verea en FM Cantilo. De 2010 a 2011, escribió textos y guiones para el programa de radio El Circo Miserable, conducido por Verea en FM Nacional ROCK 93.7.  Todos los audios del programa pueden bajarse de los miserables del circo facebook.

Durante el 2007 fue productor del programa «60 watts en el país» conducido por el sociólogo Alejandro Horowicz en la FM Identidad 92.1 [para escuchar algunos programas seleccionados de «60 watts en el país» ir a los siguientes links: entrevistas a Miguel Khavisse; debate Carlos Abalo y Claudio Lozano y entrevista a Waldo Ansaldi y Modesto Guerrero]

Contacto: leonardosai@protonmail.com

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a modo de recorrido de esta bitácora en el diseño de una investigación independiente

La historia de este blog es la historia de una necesidad intelectual: objetivar ideas, escribir el pensamiento para descubrirse en él. Iniciado, aproximadamente, en 2011 con el fin de seleccionar las mejores notas y ensayos enviados a un blog colectivo que, por aquellos años, era muy frecuentado, leído y solía revolver las aguas del campo intelectual doméstico: “Nación Apache”. El blog colectivo, dirigido por el loco de Omar Genovese, también fue publicación en formato de libro impreso; fue presentado en jornadas y paneles en el Centro de la Cooperación Cultural. Recuerdo haber organizado, para aquellos convites, charlas junto a Ricardo Rouvier (que integro aquél hermoso texto colectivo), Nicolás Puente, Laura Pitman y tantos otros que se me escapan. Integré ese trabajo colectivo con un ensayo sobre Luciano Arruga: “Economía política criminal”.

En el 2012 una editorial que se dedicaba a acumular tesis doctorales para publicarlas en formato digital me escribió para ofrecerme la posibilidad de organizar un libro digital; aproveche la ocasión para condensar textos, notas de opinión, breves ensayos, participaciones que incluían artículos en otra revista que, allá por el 2005, ya se adelantaba a los tiempos que se venía. Me refiero a “El interpretador”, de Juan Diego Incardona. El resultado se llamó “Humildad y nervio: notas sobre actualidad argentina 2005-2012”. Recorre la etapa de la llamada “década ganada” y expresa el taller de mis pensamientos mientras estudiaba sociología en la Universidad de Buenos Aires. Su valor es, estrictamente, personal.

Hacia 2015 la paciencia con las llamadas “revistas académicas” se me terminó. Lo que veía me aburria, despreciaba la escritura “paper”. Con mi amigo Gabriel Muro decidimos que debíamos dotarnos de nuestros propios medios inmateriales de producción. Fundamos “Espectros”, un híbrido histérico entre el mundo de las revistas culturales y las revistas académicas. Debía tener fundamentos científicos y, al mismo tiempo, posibilitar el juego libre de la escritura y la teoría. A partir de una intensa lectura de Heidegger que debo a Enrique Meler comencé a desentrañar una relación teórica y social entre cibernética sociedad (aquella que cruzó por primera vez Norbert Weiner con su clásico) a través de la cual una serie de preciosos conceptos podían vislumbrarse: la autopoiesis de Luhmann, la cuestión de la decadencia de occidente, la planificación del capital por el capital. Entre los años 2008-2009 estudié minuciosamente las tesis del Dr. Pablo Levín sobre el capital tecnológico. Carlos Abalo me ayudó muchísimo en su lectura y apropiación. Entrevisté a Levín, cursé con él, trabamos una larga amistad, en caminatas y caminatas alrededor de la Reserva Ecológica. Gabriel Muro filmó su método aristotélico de enseñanza. Pablo las llamaba “camicharlas”. A las innovaciones teóricas que había estudiado en el exigente seminario de Luhmann de Matías Palacios (Miguel Forte era su titular de cátedra) que ponían, decidida y apasionadamente, a la sociología en el siglo XXI mediante una lectura cibernética de los sistemas sociales: le sumé aquellas transformaciones del capital que había entrevisto Pablo y que se venían discutiendo, desde el 2001, en la «escuela italiana de filosofía política» iniciada por Antonio Negri con su “Imperio”: el trabajo inmaterial, la subsunción real de la sociedad al capital, la sociedad mundial de control, etc. Me alejé del concepto de multitud y de todas las derivas de los delirios espinosistas de la inmanencia que provenían de los intelectuales del PT del Brasil. Preferí el concepto de campo popular en la lectura mesiánica y verdaderamente libertaria de Dussel y Agamben respecto a Pablo de Tarso. Con el concepto de pueblo o campo popular en cuanto resto mesiánico establecemos nuestro diálogo con el peronismo: diálogo con una diferencia pensada por Enrique Hernández; la diferencia entre campo popular y campo nacional. Diálogo con la diferencia; no con “la doctrina”. Los tres primeros ensayos espectrales (“Escrituras de la decadencia: comunicación y persona”, “¿Qué es un campo popular?” y “Piel y huesos: ensayo sobre la destrucción de la experiencia nacional”) daban cuenta de aquellas lecturas: Muro las supo precisar en el prólogo de “Cibernética y Pobreza: tres ensayos sobre la sociedad de control”.

A partir de ese momento, la línea de investigación que actualmente me involucra de forma institucional e independiente quedó articulada en el campo de lo que se llama “debate sobre la IA”. La transformación cibernética del lazo social ya no era teórica sino cotidiana. Los ensayos que, desde entonces, publiqué en Espectros (“El uso de la comunicación: humanismo e interpretación”, “Fragmentos de fragmentos: vida psíquica, forma estética, potencia histórica”, “Notas sobre el capital cibernético”) obligaban a construir nuevos conceptos, nuevas figuras para el pensamiento, volviendo a poner a la sociología en una relación de unidad y diferencia con la filosofía, siguiendo las enseñanzas del sociólogo más importante del siglo XX, el inmenso Theodor Adorno.

El resultado es una interpretación de las transformaciones del lazo social en la dirección de comprender su automatización en el marco de las revoluciones del valor del presente siglo. Era epistémicamente imposible dar cuenta de esas transformaciones sin una relectura crítica de los consensos ortodoxos de la sociología dominante (Bourdieu, Giddens, Habermas): había que despejar a esos muertos vivos para hacer posible una autoobservación de la sociedad en cuanto oferta interpretativa de la época del capital cibernético“Bajo los restos del proletariado: Humanismo y mundo de la vida en la época del capital cibernético” condensaba este asunto.

Los continentes problemáticos descubiertos son amplísimos, el trabajo continúa; metódicamente.

Es repetitivo, sistémico y ensayístico.

Te invito a que seas mi lector y me acompañes.

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